Las miradas
pueden decir mil cosas, no sabemos de qué manera cambian para comunicar lo que
sentimos, sin embargo por alguna extraña pero magnifica razón la gente
distingue las emociones mediante ellas. Los ojos son el transmisor de las
miradas, el corazón comunicador de las emociones; el cuerpo solo una forma de
dar rienda suelta a la imaginación por medio de sutiles o toscos movimientos. Recuerdo
todas las miradas que sin intención alguna
demostraron aquello que yacía oculto tras una cortina de discreción y miedos. Aquellas
que delatan, que matan, que esconden, que simplemente miran, vacías, llenas.
Son el talon de aquiles colectivo y el más grande regalo de la vida, simplemente son.